"(...)Hay gente que nace con Estrella. Mi hija Sandra nacio estrellada."
Marimar, serena a pesar de todo, mira a cámara por última vez y se despide. Su rostro parece cansado. Son ya cuatro años de lucha. Abrumada por el peso del recuerdo abandona la habitación donde ha concedido la entrevista. No será la ultima.
Sandra y un amigo, ambos con una leve disminución psiquica, habián salido a dar una vuelta. Era tarde y regresaban a casa haciendo autostop.
Aquella noche, desgraciadamente para Sandra, el Malaguita, Ramón, Ramoncin y Rafita tambien habian salido. Hasta esa fecha, más de setecientas denuncias les contemplaban. Como tantas otras noches, la Banda del Chupete (erán todos menores salvo el Malaguita) se dirijian en un coche robado a "pegar el palo en alguna tienda".
El destino no tuvo piedad con Sandra. Su madre cuenta que su vida nunca fue fácil. Aun asi aquel macabro epílogo que le reservaban superó con creces cualquier aciaga predicción.
La autopsia despejo las dudas. El negro en sus pulmones no miente. Sandra Palo respiraba cuando su cuerpo comenzo a arder. Habia sido violada, apaleada y atropellada hasta quince veces. Al parecer, según declaró uno de los cuatro acusados, habia algo hipnótico en el sonido que producía aquel joven cuerpo al ser aplastado contra el suelo por el coche. Sí, como ya he dicho, los pulmones no mienten y a pesar de aquello, Sandra aún respiraba cuando regresaron de la gasolinera más cercana con "un euro de gasolina".
Han pasado poco más de mil trescientas noches desde aquella maldita hora en que la banda del chupete se cruzo en el camino de Sandra. Rafita, el más joven de los cuatro, acaba de ser declarado rehabilitado. Abandonará el centro de internamiento y tan solo tendrá que pasar tres años de libertad vigilada.
Soy hombre de pocos Principios. A lo sumo cuatro o cinco. Siempre me he declarado contrario a la pena de muerte. El hombre debe evitar en lo posible hacer aquello que no pueda deshacer por si mismo.. Suena a precepto Budista, pero es algo que aprendí a basa de cometer errores.
¿Recordais aquella frase de Groucho? "Estos son mis Principos, sino te gustan aqui tengo otros". Hoy es uno de esos días en que uno se olvida de los suyos y busca los de otro prestado.
Estoy seguro. No creo que sea por venganza. Al menos, no solo por venganza. El olvido es más facil. La resignación es más facil. Marimar sabe que si la Ley del Menor fuese más dura, esas adultas alimañanas hubieran estado presas mucho antes de violar, apalear y quemar viva a Sandra. Marimar sabe que si la Ley del Menor fuese más dura, su hija seguiría con vida. Una vida dificil, sí. Pero una vida. Marimar sabe que nuestra Ley del Menor es ridícula. Sabe que con nuestro actual marco legal volveran a repetirse historias como la de Sandra. Marimar sabe que Rafita no esta rehabilitado. Que no lo estará jamas. Marimar sabe lo doloroso que es recordar día a día y tener que hablar sobre ello. Sabe que su causa es justa. Sabe que sentada en su casa sin hacer nada todo sería más llevadero. Sabe que sentarse delante de una camara, recoger firmas, hablar con políticos o conceder una entrevista, le hace revivir todo de nuevo. El dolor le da fuerzas. No hay venganza. Solo miedo a que otros compartan su carga.
Marimar, serena a pesar de todo, mira a cámara por última vez y se despide. Su rostro parece cansado. Son ya cuatro años de lucha. Abrumada por el peso del recuerdo abandona la habitación donde ha concedido la entrevista. No será la ultima.
Sandra y un amigo, ambos con una leve disminución psiquica, habián salido a dar una vuelta. Era tarde y regresaban a casa haciendo autostop.
Aquella noche, desgraciadamente para Sandra, el Malaguita, Ramón, Ramoncin y Rafita tambien habian salido. Hasta esa fecha, más de setecientas denuncias les contemplaban. Como tantas otras noches, la Banda del Chupete (erán todos menores salvo el Malaguita) se dirijian en un coche robado a "pegar el palo en alguna tienda".
El destino no tuvo piedad con Sandra. Su madre cuenta que su vida nunca fue fácil. Aun asi aquel macabro epílogo que le reservaban superó con creces cualquier aciaga predicción.
La autopsia despejo las dudas. El negro en sus pulmones no miente. Sandra Palo respiraba cuando su cuerpo comenzo a arder. Habia sido violada, apaleada y atropellada hasta quince veces. Al parecer, según declaró uno de los cuatro acusados, habia algo hipnótico en el sonido que producía aquel joven cuerpo al ser aplastado contra el suelo por el coche. Sí, como ya he dicho, los pulmones no mienten y a pesar de aquello, Sandra aún respiraba cuando regresaron de la gasolinera más cercana con "un euro de gasolina".
Han pasado poco más de mil trescientas noches desde aquella maldita hora en que la banda del chupete se cruzo en el camino de Sandra. Rafita, el más joven de los cuatro, acaba de ser declarado rehabilitado. Abandonará el centro de internamiento y tan solo tendrá que pasar tres años de libertad vigilada.
Soy hombre de pocos Principios. A lo sumo cuatro o cinco. Siempre me he declarado contrario a la pena de muerte. El hombre debe evitar en lo posible hacer aquello que no pueda deshacer por si mismo.. Suena a precepto Budista, pero es algo que aprendí a basa de cometer errores.
¿Recordais aquella frase de Groucho? "Estos son mis Principos, sino te gustan aqui tengo otros". Hoy es uno de esos días en que uno se olvida de los suyos y busca los de otro prestado.
Estoy seguro. No creo que sea por venganza. Al menos, no solo por venganza. El olvido es más facil. La resignación es más facil. Marimar sabe que si la Ley del Menor fuese más dura, esas adultas alimañanas hubieran estado presas mucho antes de violar, apalear y quemar viva a Sandra. Marimar sabe que si la Ley del Menor fuese más dura, su hija seguiría con vida. Una vida dificil, sí. Pero una vida. Marimar sabe que nuestra Ley del Menor es ridícula. Sabe que con nuestro actual marco legal volveran a repetirse historias como la de Sandra. Marimar sabe que Rafita no esta rehabilitado. Que no lo estará jamas. Marimar sabe lo doloroso que es recordar día a día y tener que hablar sobre ello. Sabe que su causa es justa. Sabe que sentada en su casa sin hacer nada todo sería más llevadero. Sabe que sentarse delante de una camara, recoger firmas, hablar con políticos o conceder una entrevista, le hace revivir todo de nuevo. El dolor le da fuerzas. No hay venganza. Solo miedo a que otros compartan su carga.
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