4:59 AM. Cinco grados bajo cero. Vacaciones en europa del Este. Con ganas de tomar al asalto mi agencia de viajes. Nota mental: No hacer prisioneros.
Cuando cuatro españoles pasean en Cracovia por una plaza semidesierta a esas horas, con esa temperatura y en medio de una tormenta de nieve, solo podemos estar hablando de una misma cosa: El Programa
Son las cinco de la madrugada y proveniente de lo más alto de la iglesia de Santa María nos llega el eco de un solo de trompeta que acompaña el castañear de nuestros dientes. Casi sin avisar la melodia se interrumpe. Cuenta la leyenda que cuando los Tartaros atacaron la ciudad, un soldado de guardia cogio su trompeta se encaramó a la torre de Santa María y se puso a tocar a pleno pulmon para avisar a sus conciudadanos. Se dice que el momento en que subitamente se corta la melodia es exactamente el mismo en el que una flecha tartara le atraveso la garganta. Desde entonces, a cada hora en punto vuelve a escucharse el Hejnal.
Despues de analizar la altura de la torre, la velocidad del viento, la capacidad tecnica de los arcos tartaros, los posibles puntos desde los que efectuar el disparo, el material de las flechas de la epoca y la luz ambiente, he llegado a la conclusion de que, pese a la extendida creencia popular, el pobre trompetista no murio con la garganta atravesada por la flecha. Murio congelado tras cuarenta segundos a la interperie en las fria noche polaca.
Tenian que ser los tartaros...
La comida. "No podeis dejar de visitar el Restaurante La Abuela, tienen lo mejor de la comida tradicional polaca y te tratan como si fueses de su familia" Efectivamente, tras degustar la variada riqueza culinaria polaca abandonamos dicho restaurante como si fuesemos de la familia. Durante las siguientes dos horas nadie consigue quitarnos la cara de PRIMOS.... El plato estrella: Pan duro, medio litro de cerveza y una mezcla de empanadillas y pasta rellena de algo que a dia de hoy sigo sin saber muy bien si era animal o vegetal y que sabia a piedra.
Siempre me sentido especialmente orgulloso de la riqueza cultural de España, de sus fiestas y de nuestros diferentes bailes regionales. Sin embargo, llegados a este punto, no me queda más remedio que aceptar la infinita superioridad de la cultura y tradicion polaca en este ultimo aspecto. Aqui el baile tradicional tipico es netamente superior en calidad y estetica a, por ejemplo, nuestro flamenco. Si nunca has estado en una discoteca polaca resulta muy dificil de explicar. Ellos dan vueltas sin cesar sobre su propio eje cual cochino-jabali en celo, mientras sus parejas se mueven arriba y abajo en una sucesion de arritmicos espamos preorgasmicos que parecen no tener fin y que por supuesto carecen de toda base melodica reconocible. Es como una mezcla de videoclip de Puff Dady, sin limusina ni armas de fuego; y un dvd con las coreografias de los grandes exitos del reggeton...
La Globalizacion. Miro por la ventana. Sigue nevando. Son las cuatro de la tarde y acaban de servirme Pato a la Naranja en un pequeño restaurante chino regentado por unos simpaticos hungaros. Nosotros estamos desayunando. Los ingleses de la mesa de al lado, probablemente esten cenando. Pura globalización. Pienso. Cierto tiempo más tarde nos dirijimos al tipico pub Irlandes que hay en todas las ciudades del mundo. Irlanda, que gran cultura. Estamos montados en un viejo tranvia. Probablemente de epoca sovietica y fabricado en algun lejano rincon de la antigua URSS. Los tranvias de Cracovia son como un autentico sandwich multicultural. Hay ingredientes de todas las nacionalidades apretados hasta mezclarse los unos contra los otros. De repente, a un chico que esta a tan solo 3 metros de nosotros, pero separado por una marea humana de unos 200 polacos, comienza a sonarle la melodia del movil. No, no es el Umbrella de Rihana, la cantante caribeña de Barbados que esta arrasando las listas americanas. La voz de su Majestad Juan Carlos resuena con toda su gravedad en el viejo vagon sovietico. "POR QUE NO TE CALLAS!!". Esto si es globalizacion de verdad.....
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