jueves, marzo 01, 2007

Atrapado en Potterville

Antes de cerrar uno de los mejores epílogos de la historia del cine (para el F.B.I de los 50, pura propaganda comunista; para algunos sectores progresistas, pura propaganda ultra-catolica; para mi, mucho menos inteligente y con mucho menos tiempo para dedicarselo a pensar, puro Cine.) George (James Stewart), descubrio maravillado la impotancia de cada una de las obras que habia acometido a lo largo de su vida.

Lo hizo contemplado el otro lado del espejo. El lado en el que él nunca existio. Potterville, no era mas que la manifestacion de un echo: Cada pequeño acto de cada insignificante instante, cuenta. Tiene un reflejo en nuestra vida. Si, pero tambien en la de las personas que nos rodean. Nada seria igual. Asusta pensar la importancia que determinadas decisiones llegan a tener.

Ultimamente actuo un poco demasiado impulsivamente. Supongo que no es tan malo. Supongo, ademas, que no debe de ser tan bueno, cuando personas que me importan sufren por mi culpa.

Es curioso, ¡Que bello es vivir! es la pelicula más antigua que recuerdo haber visto. Probablemente no lo sea. Segurisimo que no lo es. Me da igual, si uno no puede tomarse la libertad de dulcificar sus propios recuerdos, entonces ¿que nos queda?.... Si es cierto, nos quedaria Sigmund Freud y muchas sesiones de piscoanalisis por delante.

Potterville. ¿Habeis pensado alguna vez como seria el vuestro? ¿Como seria la vida de los que os rodean si vosotros nunca hubieseis existido? Antes del atardecer, es buena, es muy buena. Hay algo que comenta Celine con lo que estoy totalmente de acuerdo:

"Necesito los pequeños detalles, son el reflejo de cada uno de nosotros. Es lo que echo de menos constantemente. Por eso no se puede reemplazar a nadie, porque todos estamos hechos de pequeños y preciosos detalles."

No podemos atormentarnos continuamente por las decisiones que tomamos o las que dejamos de tomar. Ni por sus consecuencias. Todo a nuestro alrededor esta impregnado de nosotros y no se puede cambiar. Como decia aquel viejo poema:

.......No es necesario el recuerdo,
visitante inhospito y engañoso
pues tu sonrisa
y tu sonora y tierna palabra
han colonizado los lugares
y se tropieza con ellas,
levantandote, a nuestra presencia,
en cada instante.


Para que atormentarnos con el peso de nuestras decisiones. Si algo tienen las consecuencias es que son inevitables, porque por definicion ya han pasado.

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